miércoles, 6 de noviembre de 2019

COLUMNA DE OPINIÓN: El rincón del fracaso


Una promesa que se convirtió en fracaso
Por: Diego Sevillano Bravo

Perú es un país en donde la viveza, el que ve la manera de sacarle la vuelta a la ley, el ‘pendejo’, es el mejor o el más vivo, eso nos enseña nuestra cultura callejera o el día a día, y los futbolistas no son ajenos a este tipo de crianza este tipo de actos también se refleja en la cancha, pero bueno fuera que solo se quedara en cancha, esta mala crianza los lleva a ser jugadores con problemas extra deportivos.
Uno de ellos es Reimond Manco que en el Sudamericano Sub – 17 de 2007 en Ecuador, brilló y Perú, encabezado por Reimond, clasificó al Mundial de la categoría que se disputaría en Corea del Sur.
En ese entonces fue Manco el mejor jugador del torneo de la Conmebol, por delante de James Rodríguez, hoy uno de los mejores jugadores en Real Madrid ambos comparados en ese Mundial.
Reimond Manco, tuvo su primera experiencia en Holanda en el PSV, seguido de Willem II, Juan Aurich, Atlante, León de Huánuco, Al-Wakrah, UTC, Alianza Lima, Zamora, Real Garcilaso y actualmente con Sport Boys.


No podemos negar que la vida ha sido generosa con Manco, pero ¿qué sucedió que no pudo brillar?
En su entorno Reimond tenía amigos que lo aconsejaban mal, sus padres que no supieron encaminar al jugador que paso de tener absolutamente nada a tenerlo todo prácticamente, un entorno de amigos futbolistas que no ayudaban a que se pueda dar cuenta de los errores que cometía y que su carrera con el pasar de los años ya no iba a tener marcha atrás.


Para su mala suerte fue cayendo en lo mismo reiterativas veces y siempre en todos los equipos eran las mismas historias y excusas para sus faltas, hoy ya con 29 años, Manco no es indispensable en un equipo y no ha marcado la diferencia en alguno, esto demuestra que tanto el entorno que son los amigos, la familia y jugadores de fútbol que también pueden ser tus amigos, si es que no los sabes elegir pueden ser los que no te ayuden a darte cuenta del error que estás cometiendo, es una historia ya conocida la de Reimond Manco, la cual nos hubiera gustado que sea distinta pero no fue así.
Por el mismo camino fue Juan Manual Vargas que es una historia ya conocida por todos pero parece estar Christian Cueva siguiendo los pasos de ser una promesa a un probable fracaso como jugador, un chico de Trujillo que comenzó a brillar en Alianza Lima para dar el salto a Toluca y luego a Sao Paulo, teniendo como respaldo un Mundial con Perú después de 36 años parece que le paso factura pues comenzó a bajar su nivel futbolístico de manera considerable, ya no jugaba como antes, se notaba un claro aumento de peso y muchas cosas más, pero para los peruanos mientras juegue bien en la Selección todo bien, no pasaba nada.



Hasta que comenzamos a verlo en fiestas nocturnas, siendo protagonista más en las portadas de periódicos de farándula que siendo protagonista en la cancha, teniendo grescas con los hinchas brasileños en clubes nocturnos y hasta orinar estando ebrio en el estacionamiento del Aeropuerto Jorge Chavez en presencia de su representante y su esposa, la última semana de octubre Cueva se vio envuelto en una nueva indisciplina y tanto el DT como el presidente del club Santos FC decidieron no contar más con su presencia en el club


Desde tierras gauchas se voceaba que tenía que estar presente a una determinada hora y no llego a estarlo, como dicen fue la gota que rebalso el vaso y de esta manera emprendió la vuelta a Lima para irse a Trujillo con su familia, sin pena ni gloria regreso y nadie habla de Cueva, pues antes de fin de año se quedó sin club y no peleó por puesto alguno, también sin ser seleccionado por Ricardo Gareca a los dos últimos amistosos contra Colombia y Chile esto demuestra que lamentablemente el jugador peruano va en camino a ser uno más del montón, sin querer marcar una diferencia por su mala cabeza, por las malas amistades y por una decisión propia de no querer darse cuenta de que su talento puede darle más de lo que espera.
Mientras tengamos en Perú jugadores conformistas y una cultura para formar


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